Había una vez una princesa encerrada en la torre de un castillo de un lejano reino, donde pasaba los días esperando a que un joven y apuesto príncipe viniese a rescatarla, al galope de su fantástico corcel tordo, melena rubia ondeando al viento, y brillo del sol reflejado en su coraza.
Una mañana, se levantó, se puso el mp3, bajó las escaleras, atravesó el jardín, cruzó el puente del foso de los cocodrilos, y se marchó escuchando Lou Reed.
Y fue feliz, aunque no comió perdiz porque era vegetariana.
Una mañana, se levantó, se puso el mp3, bajó las escaleras, atravesó el jardín, cruzó el puente del foso de los cocodrilos, y se marchó escuchando Lou Reed.
Y fue feliz, aunque no comió perdiz porque era vegetariana.
eso sé yo lo que es,
ResponderEliminares la maqueta de la bastilla que hay en el museo,
tururú,